Se contaba entonces con el privilegio de la vecindad y amistad de miembros de las Reales Academias de la Lengua Española y Gallega. Se mantenía una intensa relación con Xuventudes Musicais, que por entonces ofrecían enormes posibilidades para la celebración de conciertos de cámara. Hubo la actuación de una Banda de Música en coincidencia con las fiestas de Nigrán. Visitas masivas de grupos internacionales, organizadas desde Madrid por la Asociación Española de Esmaltistas. La casa contaba con un piano Gaveau de media cola en el que varios intérpretes ofrecieron recitales. De todos ellos, el nombre de Doña Gloria Pueyo, quedará en el recuerdo de quienes tuvieron el privilegio de poder escucharla.
Y, como colofón a tanta ilusión, Solveira soñaba con la creación de una Universidad de Verano, pues a un paso del museo existía un colegio con magníficos espacios, situado en un emplazamiento increíble sobre el mar, del que nadie dudaba que su aprovechamiento sería un éxito.
Falló el plan de financiación y Solveira – después de muchos años de entrega al proyecto – abandonó la idea.
El pazo fue vendido en 1997. |